

















El barro y la paja (2013)
SIZE Variable measures
TECNIC Wood, photography and digital print
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Cualquier semilla de Pericastó contiene el código fuente de un futuro paisaje.
En la comarca de la Litera (Huesca), entre los pueblos de Azanuy y Alins, se encuentra un pequeño terreno de secano de aproximadamente dos hectáreas al que todos los de allí conocen como “Pericastó” y que pertenece a mi familia desde hace varias generaciones. La primera vez que visité Pericastó fue en diciembre de 2012 y desde entonces he vuelto en repetidas ocasiones buscando una metodología que me permita entender su geografía, centrándome sobre todo en su relieve y vegetación, primero a través de varios registros fotográficos -que hice coincidir con cambios estacionales-, y más recientemente con el inicio de una taxonomía vegetal. El objetivo último de este estudio “de lo físico” es la posterior indexación y digitalización de este individuo del paisaje. El primer ejercicio de digitalización fue la indexación de la palabra “pericastó” en Internet. Hasta entonces no había ningún resultado al introducir este término en un buscador como por ejemplo Google, no existía ningún dato relacionado en la red con “pericastó”, por lo que me encontraba en una especie de tierra virgen digital.La idea era construirle a “periscató” una nueva identidad de paisaje a través de las futuras entradas que aparecieran en los buscadores. Esta colonización debería configurar un mapa de contenidos que fuera creciendo alrededor del proyecto, una estructura múltiple capaz de transportar crítica, resultados y dudas sobre Pericastó. Un rizoma.
Para empezar a construir este paisaje tomé la decisión de que en el futuro, todos los proyectos relacionados con Pericastó no incluyeran este nombre en su título, de esta manera estaría evitando el desbordamiento de información. Durante varios meses mantuve la palabra “pericastó” lejos de cualquier documento susceptible de ser indexado por los motores de búsqueda de los navegadores. Este celo terminó con la inauguración en junio de 2013 del proyecto “El barro y la paja” en colaboración con el artista argentino Adrián Villar Rojas dentro del programa “Diálogos autónomos” curado por Luisa Fuentes Guaza para el ciclo “En casa” de la Casa Encendida de Madrid. Con la publicación de la exposición en la web de Casa Encendida plantamos la primera semilla.En mi última visita a Pericastó estuve acompañado por Fernando Lampre, biólogo encargado de hacer su taxonomía. Durante nuestro paseo, ya sobre el terreno, Fernando me hizo entender los mecanismos de producción biológicos, en los que todo está íntimamente ligado con los períodos vegetativos donde las plantas germinan, crecen y producen flores y frutos, cómo esos lapsos de vigor son completamente efímeros y se escapan a cualquier previsión razonable sobre un calendario, debido a la suma de variables sobre los acontecimientos. Así pues, cualquier elemento que configura el paisaje geográfico -la naturaleza de la roca, el clima, la vida vegetal, la vida animal, o la vida humana- pueden condicionar el desarrollo de estos períodos vegetativos, los bloques discontinuos de vida.
¿Cómo representar, digitalmente, la vulnerabilidad y la suma de factores que dan como resultado a este individuo de paisaje?Desde diciembre de 2012 hasta hoy (noviembre de 2103) he viajado a Pericastó siete veces. En todas esas visitas he registrado con fotografía digital todas las alteraciones geográficas que encontraba, desde planos generales que ocupaban la totalidad de las dos hectáreas, hasta planos detalle, como por ejemplo, la de una alga cianofícea (Nostoc commune) un organismo unicelular que apareció en la tierra hace 3.000 mil millones de años, inventando la fotosíntesis basada en el pigmento verde clorofila.Todos estos documentos digitales los he depositado sistemáticamente en la papelera de mi ordenador para posteriormente -al cabo de unas semanas-, rescatarlos con un software de recuperación de datos. Para este nuevo ejercicio de digitalización -perteneciente a la serie Souvenirs- la idea era convertir el disco duro de mi ordenador en un objeto geográfico.
La diversidad binaria del disco rígido está repartida en diferentes Pistas, Sectores, Clústers y finalmente en pequeños Bloques que almacenan información. Cada vez que genero un nuevo documento en mi ordenador, como por ejemplo este texto, los datos de cada palabra se esparcen como semillas, y ocupan Bloques libres del disco rígido, pero también ocupan Bloques de documentos que el sistema operativo los ha marcado como “borrados” y uno de esos Bloques pueden pertenecer a una fotografía digital de Pericastó.
Pero el algoritmo que utiliza el sistema operativo para repartir la información en estos Bloques es completamente aleatoria. La productividad de mi disco duro y el tiempo que pasa desde que elimino un archivo hasta que lo recupero, son variables impredecibles e imposibles de controlar. De esta manera, cada vez que recojo un documento digital con un software de recuperación de datos, el resultado es una nueva instantánea dentro de este nuevo objeto geográfico digital. Y cualquier semilla de Pericastó, ya sea digital o física, se convierte en el código fuente de un futuro paisaje.